
En diciembre hice un viaje por la Sierra Gorda Queretana. Fueron días perfectos por la compañía, los paisajes, el aprendizaje y las personas que se cruzaron en nuestro camino.
Conocí a dos personajes que me hicieron ver el mundo desde una nueva perspectiva. Don Juan se dedica a hacer pulque en en la punta más alta de Pinal de Amores, un pequeñísimo pueblo entre las montañas. Ese frío atardecer de invierno no lo olvidaré nunca.
Sobre el otro personaje no hablaré por el momento. Tal vez un día no muy lejano me anime a escribir sobre él algunas líneas.